domingo, 15 de julio de 2012

Imagenes de la aparición de la Virgen de Guadalupe en la ciudad de West New York, Nueva Jersey.






lunes, 7 de junio de 2010

Niurka: Cada vez más

Ayer domingo Niurka consiguió gracias a su desnudez aparente cubierta apenas, arrastrar a la calle, en la avenida Bergenline, en el Condado de Hudson, durante el desfile cubano de Nueva Jersey, a unas 30 mil almas dispuestas a cambiarla por el pesado domingo de pasarla en casa escuchando al marido hablar sobre el día que Cuba será libre o cocinando para los padres o ya descansado de la semana y arreglando la ropa para el lunes de trabajo.

¡Que flaca que está! dijo una señora de unos 50 años, disimulando tras la frase lo que sus ojos y manos verdaderamente querían decir, algo así como ¡Niurka, se la comió! una frase que en caribeño cimarrón dice que consiguió lo que quería.

Por supuesto que lo consiguió. Niurka arrastra una larga cola, como la falda que se enredaba ayer de cuando en cuando con sus zapatos plateados, de escándalos y chismes alentados, alimentados y producidos por ella para mantenerse en boca de la opinión púbblica, en una versión rudimentaria de lo que muchos llaman "manejo de opinión"

Claro, consigue que hablen de ella, y todas sus presentaciones o desplantes tienen de fondo una connotación sexual, directa o indirecta o diferida. Y ello vende, en términos del lenguaje de los productores que quieren conseguir rating a como de lugar.

Niurka, cubana como la que más, conoce muy bien las matemáticas del negocio de la farándula, como cuando le dijo, palabras mas palabras menos, a un reportero: tu me necesitas y yo te necesito ¿Estamos?

Como dijo un cubano al pasar, ¿que inventará Niurka para la próxima vez?






miércoles, 4 de marzo de 2009

Fotógrafo Profesional en el East Boulevard












Casarse. ¿Acaso no hay suficientes matrimonios ya en el mundo? Depende del lugar, por lo menos en Estados Unidos y  en Europa también -lo dudo que en América Latina y en la China postcomunista-, se necesitan más matrimonios y menos solteros. Las estadísticas no parecen mentir: cada pareja genera 10,000 dólares más en comunión que en partición. De manera que el Producto Nacional Bruto estadounidense exige más matrimonios.

La vieja institución se resiste al asalto, pero siempre fracasa. Claro, una mujer hermosa, y la que no lo es  también, pide matrimonio, o hace que se lo pida después de muchos van y vienen. No hay modo de escaparse de ello. El resto, lo sabemos, viene por añadidura.

Un rito que va ganando la fuerza de la costumbre es el de casarse e irse a fotografiarse del lado de Nueva Jersey del rio Hudson, pero desde el Hamilton Park -donde alguna vez Hamilton a la sazón Secretario del Tesoro de los Estados Unidos se retó a duelo con George Washington- donde se puede tener a Nueva York de bakground.

Y, bueno, no es para menos. Casarse y enviar la foto con Nueva York de fondo, para contar a los amigos que encontré la mujer de mis sueños y, viejo es bellísma. Y, ejem,  la dama que encontró el hombre de sus sueños que, hija mía, me cumple todos y cada uno de mis caprichos. !Sueño cumplido¡

Un día de estos, para darle sentido a la tradición alguien se va a inventar un pozo de los deseos o la sentadita en la piedra de la suerte para que el matrimonio dure mucho. Ya verán ustedes.

Por lo demás el asunto ya es convencional, paseo por el parque Hamilton, fotos con la familia, cargada a la novia, etc, etc.

 Y claro el fotógrafo y hombre o la  mujer del video tienen que tener mucha suerte para que el día del matrimonio, como hoy que no hay sol radiante pero el cielo está mínimamente despejado, poco frío y nada de lluvia. ! ¡Día espléndido!

Solo que la rutina puede dejar de ser convencional cuando un fotógrafo demasiado solícito decide que la novia tiene la falda en mal lugar y decide, a cada momento, que hay que arreglar la falda, que hay que arreglar la blusa a la altura del hombro, a la altura del busto, nuevamente la falda que está mal puesta.

Entretanto el marido reciente (hemos difuminado su rostro porque el mundo es chico y las venganzas llegan aunque demoren) aguantando cóleras, no vaya a ser que la mujer crea que ya no bien se han casado comienza  a sacar las garras y, bueno, a mandar. Ni que salga con aquello que ningún otro gallo canta en mi corral porque allí nomás empieza la primera desavenencia matrimonial.

Entretanto ella disfruta, esplendorosa, con las fotos. Gira el cuerpo, lo inclina ligeramente hacia la derecha y estira la mano en actitud de entrega. Luego el marido le alcanza el ramo de rosas y ella, encantada, se entrega a la cámara.

El feliz marido a cuatro pasos de ella se percata que hay un fotógrafo adicional, éste no estaba en el contrato, que se regodea tirando fotos de las maniobras sucesivas del fotógrafo, todo un profesional presto al detalle, para arreglarle la falda, la parte alta, el vestido que se le corre en el brazo, el velo que debe estar bien puesto y etc., etc, etc.

De repente él, con la mano en el bolsillo, el mentón demasiado alto, un pie pisando más fuerte que otro, los ojos que bailan, el ceño alterado, le dice al fotógrafo, quedo al oído: está tomando fotos.

El fotógrafo, además de profesional es solidario y solamente voltea y me dice, please, como quien dice please no jodas, déjanos en paz.